lunes, 7 de enero de 2019

Bandura

Albert Bandura

(Mundara, Canadá, 1925) Psicólogo y pedagogo canadiense. Graduado en 1949 en la Universidad de Columbia Británica, estudió posteriormente psicología clínica en la Universidad de Iowa y prosiguió luego su formación en Wichita y Stanford.
Bandura ha destacado como teórico y experimentador de la teoría del aprendizaje social. Se interesó en particular por las causas de la agresión en los niños y aportó datos para contradecir a los defensores de la idea de que las agresiones son una manifestación patológica emocional e impulsiva y un método para conseguir lo que el agresor desea cuando las demás opciones han fracasado. De igual forma se opuso a los psicólogos que pensaban que había un nexo de unión entre la frustración y la agresión (teoría de Dollar y Miller).
Sus trabajos han constituido la vanguardia en la investigación del aprendizaje basado en la imitación y observación de modelos; de hecho, la teoría del aprendizaje social se ha erigido en un complemento fundamental de la teoría del aprendizaje significativo de David Ausubel y de los modelos de aprendizaje de Jerome Bruner, más orientadas a la adquisición de conocimientos que de conductas y ligadas a los estadios de Piaget. Para Bandura, lo que determina a las personas a imitar modelos son los reforzadores y los castigos (tanto los recibidos por el modelo como por el imitador). Las investigaciones que se han realizado con posterioridad acerca de los modelos sociales que generan el hogar, la televisión o los grupos de amigos fueron estimuladas por sus experimentos.
Bandura fue el impulsor del denominado enfoque sociocognitivo de la personalidad, según el cual el ambiente tiene una influencia trascendental sobre factores personales como el autocontrol y el concepto del yo. 


La Teoría del Aprendizaje Social de Albert Bandura


Tal y como hizo Lev Vygotsky, Albert Bandura también centra el foco de su estudio sobre los procesos de aprendizaje en la interacción entre el aprendiz y el entorno. Y, más concretamente, entre el aprendiz y el entorno social. Mientras que los psicólogos conductistas explicaban la adquisición de nuevas habilidades y conocimientos mediante una aproximación gradual basada en varios ensayos con reforzamiento, Bandura intentó explicar por qué los sujetos que aprenden unos de otros pueden ver cómo su nivel de conocimiento da un salto cualitativo importante de una sola vez, sin necesidad de muchos ensayos. La clave la encontramos en la palabra "social" que está incluida en la TAS.
Los conductistas, dice Bandura, subestiman la dimensión social del comportamiento reduciéndola a un esquema según el cual una persona influye sobre otra y hace que se desencadenen mecanismos de asociación en la segunda. 


Aprendizaje y refuerzo

Por un lado, Bandura admite que cuando aprendemos estamos ligados a ciertos procesos de condicionamiento y refuerzo positivo o negativo. Del mismo modo, reconoce que no puede entenderse nuestro comportamiento si no tomamos en consideración los aspectos de nuestro entorno que nos están influyendo a modo de presiones externas, tal y como dirían los conductistas. 

Ambiente

Ciertamente, para que exista una sociedad, por pequeña que esta sea, tiene que haber un contexto, un espacio en el que existan todos sus miembros. A su vez, ese espacio nos condiciona en mayor o menor grado por el simple hecho de que nosotros estamos insertados en él. 

El factor cognitivo

Sin embargo, nos recuerda Bandura, también hay que tener en cuenta la otra cara de la moneda de la Teoría del Aprendizaje Social: el factor cognitivo. El aprendiz no es un sujeto pasivo que asiste desapasionadamente a la ceremonia de su aprendizaje, sino que participa activamente en el proceso e incluso espera cosas de esta etapa de formación: tiene expectativas. En un contexto de aprendizaje interpersonal somos capaces de prever los resultados novedosos de nuestras acciones 

Gracias a los procesos psicológicos que los conductistas no se han molestado en estudiar, utilizamos nuestra continua entrada de datos de todos los tipos para dar un salto cualitativo hacia adelante e imaginar situaciones futuras que aún no se han dado.

Aprendizaje vicario

El pináculo del aspecto social es el aprendizaje vicario remarcado por Bandura, en el que un organismo es capaz de extraer enseñanzas a partir de la observación de lo que hace otro. 
Nota: un truco mnemotécnico para recordar el aprendizaje vicario del que habla Bandura es frijarse en las serpientes o "proyecciones" que le salen por los ojos al señor del videoclip Vicarious, en el que también aparecen muchos ojos y muchas cosas extrañas.

Un término medio

En definitiva, Bandura utiliza su modelo de la Teoría del Aprendizaje Social para recordarnos que, como aprendices en continua formación, nuestros procesos psicológicos privados e impredecibles son importantes. Sin embargo, a pesar de que son secretos y nos pertenecen sólo a nosotros, estos procesos psicológicos tienen un origen que, en parte, es social. Es precisamente gracias a nuestra capacidad de vernos a nosotros mismos en la conducta de los demás por lo que podemos decidir qué funciona y qué no funciona
Además, estos elementos del aprendizaje sirven para construir la personalidad de cada individuo:
Por lo que respecta a nuestro papel como aprendices, está claro: no somos ni dioses autosuficientes ni autómatas.Somos capaces de prever cosas a partir de lo que les pasa a otros, del mismo modo en el que el hecho de vivir en un medio social nos hace plantearnos ciertos objetivos de aprendizaje y no otros. 

proceso de modelado 



La Teoría de la Personalidad: antecedentes y contexto

El conductismo es una escuela de la Psicología que subraya la importancia de los métodos experimentales y trata de analizar las variables observables y medibles. 
El procedimiento habitual que usa el método experimental es la manipulación de ciertas variables, para posteriormente valorar los efectos sobre otra variable.

Un concepto nuevo: el determinismo recíproco

Durante los primeros años como investigador, Albert Bandura se especializó en el estudio del fenómeno de la agresión en adolescentes. Pronto se percató que, aunque los elementos observables eran cruciales a la hora de establecer unas bases sólidas y científicas para el estudio de ciertos fenómenos, y sin renunciar al principio de que es el ambiente el que causa el comportamiento humano, cabía también realizar otra reflexión.
El ambiente causa la conducta, ciertamente, pero la conducta también causa el ambiente. Este concepto, bastante innovador, fue denominado determinismo recíproco: la realidad material (social, cultural, personal) y el comportamiento individual se causan mutuamente.

Aprendizaje por observación (modelado)

De los numerosos estudios e investigaciones que llevó a cabo Albert Bandura, existe uno que fue (y sigue siendo) objeto de especial atención. Los estudios sobre el muñeco bobo. La idea surgió a partir de un video grabado por uno de sus alumnos, donde una niña golpeaba repetidamente un muñeco hinchable con forma de huevo llamado “Bobo”.
La niña atizaba sin piedad al muñeco, mientras le gritaba “¡estúpido!”. Le pegaba, tanto con puñetazos como con un martillo, y acompañaba estas acciones agresivas con insultos. Bandura enseñó el video a un grupo de niños de una guardería, que disfrutaron del video. Más tarde, una vez terminada la sesión de video, los niños fueron conducidos hasta un salón de juegos, donde les esperaba un muñeco bobo nuevo y martillos pequeños. Obviamente, también se encontraban en la sala Bandura y sus colaboradores, analizando la conducta de los retoños.
Los niños no tardaron en agarrar los martillos y ponerse a pegar al muñeco bobo, mimetizando los insultos de la niña del video. Así, al grito de “¡estúpido!”, copiaron todas las ‘fechorías’ que habían visto minutos antes.
Aunque las conclusiones de este experimento quizá no parezcan muy sorprendentes, sirvieron para confirmar varias cosas: los niños cambiaron su conducta sin que existiera ningún refuerzo dirigido a realizar dicho comportamiento. Esto no resultará una reflexión extraordinaria para cualquier padre o docente que haya compartido tiempo con niños, pero sin embargo sí creó un cisma respecto a las teorías de aprendizaje conductuales.

Bandura denominó a este fenómeno “aprendizaje por observación" (o modelado). Su teoría del aprendizaje la puedes conocer a través de este resumen:

Modelado: analizando sus componentes

1. Atención

Si quieres aprender cualquier cosa, debes prestar atención. Asimismo, todos los elementos que supongan un obstáculo a prestar la máxima atención posible, redundarán en un peor aprendizaje.
El objeto por el cual prestamos atención también tiene ciertas características que pueden atraer más (o menos) nuestro foco atencional.

2. Retención

ser capaces de retener (recordar, memorizar) aquello que estamos estudiando o intentando aprender. Es en este punto donde el lenguaje y la imaginación tienen un papel importante: retenemos lo que hemos visto en forma de imágenes

Una vez que hemos guardado los conocimientos, imágenes y/o descripciones en nuestra mente, somos capaces de recordar conscientemente esos datos, de forma que podemos reproducir lo aprendido e incluso repetirlo, modulando nuestro comportamiento.

3. Reproducción

Cuando llegamos a este paso, debemos ser capaces de decodificar las imágenes o descripciones retenidas para que nos sirvan para cambiar nuestro comportamiento en el presente.
Pero si en cambio sí sabes patinar sobre hielo, es probable que la visualización repetida de videos en que patinadores mejores que tú realizan saltos y piruetas redunde en una mejora de tus habilidades.
También es importante, con respecto a la reproducción, saber que nuestra capacidad para imitar comportamientos va mejorando paulatinamente cuanto más practicamos las habilidades involucradas en determinada tarea. Además, nuestras capacidades tienden a mejorar con el simple hecho de imaginarnos a nosotros mismos realizando el comportamiento. Esto es lo que se conoce como “Entrenamiento Mental” y es muy usado por deportistas y atletas para mejorar su rendimiento.

4. Motivación

La motivación es un aspecto clave a la hora de aprender esos comportamientos que queremos imitar. Debemos tener razones y motivos para querer aprender algo, en caso contrario va a ser más complicado focalizar la atención, retener y reproducir dichas conductas.
Según Bandura, los motivos más frecuentes por los cuales queremos aprender algo, son:
  • Refuerzo pasado, como el conductismo clásico. Algo que nos ha gustado aprender anteriormente tiene más papeletas para gustarnos ahora.
  • Refuerzos prometidos (incentivos), todos aquellos beneficios futuros que nos empujan a querer aprender.
  • Refuerzo vicario, que nos dota de la posibilidad de recuperar el modelo como refuerzo.
Estos tres motivos están vinculados a lo que tradicionalmente han considerado los psicólogos como los elementos que “causan” el aprendizaje. Bandura explica que tales elementos no son tanto los “causantes” como sí los “motivos” de querer aprender. Una diferencia sutil pero relevante.
Desde luego, las motivaciones negativas también pueden existir, y nos empujan a no imitar determinado comportamiento:
  • Castigo pasado
  • Castigo prometido (amenazas)
  • Castigo vicario

Autorregulación: otra clave para entender la personalidad humana

La autorregulación (esto es, la capacidad para controlar, regular y modelar nuestro propio comportamiento), es la otra clave fundamental de la personalidad. En su teoría, Bandura apunta a estos tres pasos hacia la autorregulación:

1. Auto-observación

Nos percibimos a nosotros mismos, evaluamos nuestro comportamiento y esto sirve para establecer un corpus coherente (o no) de lo que somos y hacemos.

2. Juicio

Comparamos nuestros comportamientos y actitudes con ciertos estándares. Por ejemplo, solemos comparar nuestros actos con los culturalmente aceptables. O también somos capaces de crear actos y hábitos nuevos, como por ejemplo salir a correr cada día. Además, podemos inculcarnos el valor por competir con los demás, o hasta con nosotros mismos.

3. Auto-respuesta

Si en la comparación que hacemos con nuestros estándares salimos bien parados, nos damos respuestas de recompensa positiva a nosotros mismos. En caso de que la comparación nos cree malestar (porque no nos ajustamos a lo que creemos que sería correcto o deseable), nos damos respuestas de castigo. Estas respuestas pueden ser desde lo más puramente conductual (quedarnos trabajando hasta tarde o pedir perdón al jefe), hasta aspectos más emocionales y encubiertos (sentimiento de vergüenza, autodefensa, etcétera).
Uno de los elementos importantes en Psicología y que sirven para comprender el proceso de autorregulación es el autoconcepto (también conocido como autoestima). Si echamos la vista atrás y percibimos que hemos actuado a lo largo de nuestra vida más o menos de acuerdo a nuestros valores y hemos vivido en un ambiente que nos ha conferido recompensas y elogios, tendremos un buen autoconcepto y por tanto una autoestima alta. En caso inverso, si hemos sido incapaces de vivir de acuerdo a nuestros valores y estándares, es probable que tengamos un pobre autoconcepto, o autoestima baja.

Bibliografias 



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